Entre tus brazos la paz
es cosa de inveterados dioses
o de demonios aún en gestación
no lo sé de cierto
sino mi pecho
soñando con tersos algodones
y azúcares suplantando al ron
de cada jodida noche
cuando te tengo a lo lejos.
Y si en lontananza sonríes
mi corazón azul también lo hace
a pesar de los relojes
y de la ausencia tan hija de puta
que en mis días por tan poco vende
soy la réplica de la sonrisa de los soles.
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