Incluso la fe
se va irremediablemente mermando
a medida que pasa el tiempo
y los fragmentos incrustados en el ser
que se desmoronan frente al viento.
Cristo muy a menudo
ha tenido que bajar de su cruz
para beber un trago
con los ladrones del corazón
de las más tristes putas
echadas a puntapiés
del hogar que hallaron
en una esquina,
la horda camaleónica de santos
realiza cual fakir
actos que rayan
entre el dolor y el espanto,
mientras la nebulosa irreal
del dios pretendido
pasa entre las calles
de los mendigos
totalmente como un tibio vapor
amarillo y desapercibido.
Sin embargo y a sabiendas
de mi caótico y detestable pensar,
hay gente que confía en mí
y no el cúmulo de un verso gris
buscando sin quererlo la rima
como el fiero proxeneta a la puta
en una iluminada y carmesí esquina.
Pero incluso la confianza
se va también mermando
cuando recien al despertar
encuentras tus ojos lontananza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario