febrero 05, 2015

Me tiembla el pecho y las manos

Hay quienes buscan por doquier
el punto final del arcoiris
quien pretenda la bola de las brujas
para saber algo más que el presente;
hay quien precisa la comedia de dios
o la sonrisa a quemarropa y blanquecina
propinada por lo más certero de la muerte.

Hay quien llora todas sus alegrías
y quien ríe con desparpajo en los instantes
en los que todo el mundo abraza el llanto
entre la ausencia plagada de carestía;
hay quien contrata amores de alquiler
y se saca del falo los terribles diablos
y hay quien nada busca sino una mujer
que le bese tiernamente los labios.

También hay poetas que escriben sus deudas,
cuentistas ebrios entre arrabales desiertos
y novelistas que se embaucan en las ciudades
donde todos irremediablemente estamos muertos.

Hay quienes mueren enlutados a diario,
por el silencio de aquella penosa sinrazón
que los cubre de mordaza cual sudario;
pero sigue habiendo tantos con corazón
que hoy me tiembla el pecho y las manos.

No hay comentarios: