Un mundo entero
puede leer las fauces del poeta
releerlo, tratar de descifrarlo
aventurarse a imaginar
sus noches de ronda, sus ardores
su Caín y su Abel
sus mas terribles vicios, sus pasiones
el sabor de sus lágrimas dadas al mar.
Sin embargo,
sólo el poeta y su musa
sabrán a cierta cierta
de qué putas están hablando.
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