Ella estaba ahí parada
en el anden del subterráneo
y sus piernas eran muy largas
más largas que las mías
llevaba un pantalón muy ceñido
y una blusa por la que asomaba
desnudo su ombligo.
Pudo ser más hermosa
una mítica sirena
o con suerte Caliope
pero decidió las calles
las nocturnas avenidas
los automóviles encerados
la vida cruel siempre a solas
decidió ser puta.
Sin embargo es hermosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario