octubre 15, 2015

Palabras

Me han bastado las palabras
-y el sarcasmo más refinado
para enfrentarme a las trompadas
de un mundo cubierto de sangre
a las habitaciones siempre a solas
y a las masas estúpidamente enajenadas.

Tres o cuatro veces me he liado a golpes
y sólo una de ellas me vi con la boca rota
escupiendo al piso mi propio coraje.

No es lo mío la pelea de los huesos
que buscan atinar dolor sobre la carne
lo mío es que duela desde las tripas
desde desde el propio infierno y hasta adentro.

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