Regresó David y se ve cansado
sin embargo,
sigue siendo el mismo cabrón
al que le vale putas la vida
a pesar de la soledad y el desencanto.
Trae arrugas y también historias
después de más de tres años en la cárcel
trae algunas nuevas mañas
las mismas idioteces de siempre
lo mismo hijo de puta y gañán
que nunca se queda con las ganas.
Hoy me dijo después de saludarlo
que el borracho nunca jamás cambia
y me entristecí de pronto
justo cuando hilvanaba un mejor mañana.
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