octubre 20, 2015

Aquella señora

Aquella señora
era muy atractiva
treinta y cinco años aproximadamente
delgada, de cutis juvenil y terso
llevaba dos niñas pequeñas
malpeinadas y con los mocos
escurriéndoles por las narices.

Habló conmigo un par de minutos
y después
me pidió mi número de teléfono
no se lo di pero le inventé una historia
para que ella me diera el suyo.

Nunca le hablaré
a pesar de ser hermosa
y descubrir para mí
sus pies blanquecinos y bellos.

Sus hijas malpeinadas
ya tenían los mocos secos
entre los labios y las narices
cuando ya estaba yo muy lejos.

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