Casi nadie me sabe un nocturno gato
de mis paseos oscuros por el verso
por la letra que con sangre y ron entra
cuando recién se apagan las bombillas
y me empieza el endemoniado alegato
de temblores y flores aún amarillas.
Casi nadie me sabe un nocturno gato
y las chicas que quieren conmigo follar
entre mis disfraz y mis malos retratos
ni saben siquiera en mis pies de la mar.
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