Nunca es fácil la calle
ya entrando la madrugada
sosteniendo un plástico vaso
a la espera de un taxi libre
que soporte las pasiones del borracho.
Nunca es fácil negarle la hora
al ratero que espera tu reloj y tu móvil
entre las avenidas desiertas
de la mal llamada "gente de bien"
y llenas de gente que ama las tretas.
Nunca es fácil escribir de todo ello
cuando contiene algo de mágico y de bello.
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