octubre 13, 2015

Atardeceres

Recargado sobre la puerta de la cocina
un cigarrillo encendido en la mano
mientras observo la muerte en mi trago.

Entre los edificios el atardecer es distinto
más infame, más gris, más perezoso
y las voces vecinas son fúricos graznidos
muy a menudo cortando de tajo las nubes.

Recargado sobre la misma puerta
ya terminado el cigarrillo, el trago sigue
naufragando entre atardeceres perdidos.

No hay comentarios: