He regresado al lápiz y al papel
a la grabadora de mano como memoria
al camellón donde solíamos charlar
mientras no pensábamos en el después.
He regresado a luchar a por ti
de la única manera en que sé hacerlo
enamorado y un tanto embriagado y febril
de sentir tus manos entre mi pecho.
Sólo quería que lo supieras
ahora que duermes tibia
cuando me atacan las quimeras.
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