Llegan revoloteando hasta aquí
miles de luces multicolor
arropadas por nubes de alquitrán
que a pesar del espesor de sus grises
conservan la claridad y cierto encanto
una vez que se hubo marchado el sol.
No hay mucha gente a estas horas
mirando las luces de colores
a mitad de una noche en desencanto.
Mi cigarrillo se ofusca en soledad
y no mucha gente llega hasta aquí
para mirar cómo marchitan las rosas
alumbradas con la luz artificial.
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