noviembre 11, 2015

Ahora

Mi ex mujer medía uno cuarenta y ocho
y en sus senos cabalgaron mis sueños
por una década sin saberme un loco
que pudo atarse a otro par de pechos.

Ella salió con un ex soldado y boxeador
de pelo sardo y de mente analfabeta
que le pintó de azul el rayo de sol.

Mi ex mujer se cansó de tener un poeta
besándole cuando dormía los pies
por creer que se merecía un proxeneta
para el día en que llegara el después.

Ahora ella me extraña y yo sigo mi verso
apalabrado con el amor que me falta
como todo cabrón que no tiene sexo
y la pasión prendida a su cama.

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