noviembre 25, 2015

Frente a mí

Frente a mí hay un espejo
y en torno a él
corren furtivos los deseos
esquivando las manecillas
de un reloj rococó
empecinado a patearme los huevos.

He estado escribiendo a quemarropa
prosas, versos, ensayos
algunos autobiográficos cuentos
mientras el mundo me mira prendido
al cigarrillo y la desnudez de la copa.

En realidad todo esto ahora
no tiene mucha razón ni destino
sin embargo no puedo callar el corazón
que me ha tocado por intestino.

La vida es un cenicero
y todos en ella no somos más que colillas
extinguiendo su candor y sus sueños
contagiados de ajenas y pobres cenizas.

Frente al espejo me declaro
un perseguidor del despertar cristalino
que luce cada vez más lejano
cuando miro el reloj y aún escribo.

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