También cargo mi piedra
es linda y a veces demasiado cruel
y casi siempre esférica.
Ella gusta de rondar cuesta abajo
de arrollar piedras más pequeñas
y des mis brazos carentes de estrellas.
Disculparás que interrumpa
esta sinrazón de poema
pero me queda mucha cuesta aún
para seguirla empujando.
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