Hay días
en que la imagen más certera
que se presenta
y crece en mi cabeza
ea la de Hemingway
cargando una escopeta.
Ya después tejido cerebral
embalsamando las paredes,
sangre, delirio y una pizca de gloria
curada de lo que todos temen.
Hay días que no son nada buenos
y son aquellos que acribillan los sueños.
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