abril 28, 2016

Una gran masa

Una gran masa se mueve urbánamente
uniforme y temblorosa entre las calles
con estaciones grises del subterráneo
en las que se aprecia un aroma de muerte
y niños llorando por una pelota
o por amanecer con la boca rota.

La masa no nota el grito de la nada
o la advertencia de la sangre
ni la bala que sin matar del todo mata
el verde de los futuros valles.

Los niños comienzan a follar a los trece
mientras la masa urbánamente se mueve
y la sangre sustituye a las pelotas
que serán sustituídas por fieras copas
o algún vicio peor si tierno se mece
entre los nuevos tiempos y la muerte.

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