abril 05, 2016

Afuera los gatos

Un par de gatos afuera follan
se bien que no me dejarán dormir
ni a mí ni a todo el vecindario.

Pero mi día ha sido dulce y febril
y entonces no me importa mucho
el gemir de la gata que escucho
mientras escribo esta palabrería
cuando el gato se le postra encima
con la consigna de amar o morir.

Tengo aún un cuarto de una botella
tus manos marcadas en mis nalgas
y en las manos grabada la talla exacta
de tus senos en su circunferencia.

También tengo ganas de dormir
y a pierna suelta una dolorosa erección
que pregunta insistentemente por ti
y por el cuando de hacerte el amor.

Sin embargo afuera los gatos follan
y yo sin tener certera respuesta
ante los cuestionamientos fálicos
y guardándote mis ganas en la despensa.

Soy un poeta sucio de una mala ciudad
un amante distinto que recurre a la letra
y un tipo que no solo folla por follar
sino para recubrirse de vivir en guerra
enfundado en un gris y extraño corazón
que cual legado pretende amar
mirando siempre el reflejo del sol.

Siguen follando afuera los gatos
e igual que yo
ambos son huraños y pardos
mientras hacen de lleno el amor

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