Me sabes siendo un huraño y un cabrón
un hijo de puta con quien lo merece
me sabes tan borracho como pocos
tan poeta nocturno buscando el sol
me sabes montado en mis trece
escribiendo apologías para el loco.
Me sabes en las manos y en los labios
en los relojes dejando atrás el pasado
me sabes siempre queriendo ser más
que una roca que no arrastre la mar.
Me sabes en la buenas y en las malas
en la flaqueza sin pan ni mendrugos
me sabes en la entereza dando besos
y abrazando el deseo por las alas
me sabes sin saberlo aún desnudo
arropando mi soñar entre tus senos.
Me sabes el encanto y lo grosero
siendo yo mismo vilmente certero
me sabes dando patadas de ahogado
entre rabietas al estar equivocado.
Me sabes ahora siendo amante de la vida
un tahúr jugando siempre a pares o nones
me sabes en tu vida tan sólo escuchando
tu voz al teléfono radiántemente tibia
me sabes la mano llena de corazones
que a pesar de perder nunca ha abdicado.
Me sabes la vida
y que soy un buen tipo
aficionado a la bebida
me sabes el alma de a poquito
pretendiendo una sonrisa
que me trae hasta aquí
saberte a mi lado y conmigo.
Te quiero
tanto
y te pienso siempre
incluso más
cuando estoy ebrio.
Más aún
me sabes a utopía
en la que no cabe la muerte
en este ensueño
en el que me sabes
a la sonrisa de cada día.
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