Rugen afuera los coches
los semáforos mienten
sobre la libertad de tránsito
cuando están a punto de dar las doce
lo sé desde el erizado vientre
latiendo de su modo más trágico.
Me muevo por aquí
sobre mis cansados pies
y en el andar de diario
se difumina pronto el después.
Rugen los coches y los semáforos
me importan un grandísimo carajo
estando sin ti esta noche.
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