Los ancianos siguen bailando
danzón el domingo en el parque,
las señoras sacan a pasear a los críos,
los señores a medio día van despertando
con la resaca bien abrazada del talle
y entonces solo son felices los niños
cualquier día domingo por la tarde
sin saber que un día serán grandes
y nunca más volverán a ser tibios críos.
Los ancianos siguen bailando
danzón el domingo en el parque
como los niños que viven enamorados
sin fijarse al cruzar el espesor de la calle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario