Salgo de noche y una luna nacarada
en lo alto sonríe y arremolina tierna
este rastro de vida asomado en mi pecho.
Han dejado de llorar las carreteras
y los ladrones, pasan por alto mis bolsillos
remendados y vacíos; incluso la muerte
ha dejado de posar sensual en los diarios.
Algo está pasando conmigo -me digo-,
y eres tú y es el beso y es el abrazo
y cuando salgo de noche y estás conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario