Bien sujeta al estertor de bajo el vientre
tan sólo te tengo, mientras me tienes
y escribo poemas cual si fuesen la cura
para acabar con mi pecho y su bravura.
También tengo tantas ganas de hacerte el amor
para después soñarte desnuda al clamor
del minutero que me sabe un patán y un suicida
queriendo compartir contigo su vida.
Cuando prefiero mis manos callar
es razón inequivoca de la ola insumisa
de mis terribles y copiosas ganas de amar.
Y en esas ganas tu risa y la ola en tu mar
me devuelven la fe y esta torpe sonrisa
si me recargo en una pared revestida de cal.
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