Yo,
que tán ciertamente jodido
aún entre las sombras sonrío
y embalsamo mis propios muertos
a la manera tradicional
mis más encantadores y sublimes sueños,
sigo la recta del sol
y la cofradía de la luna y del mar
cuando enmarco febrilmente
la aurora proveniente de un norte
en el que me sonríen también,
tu vida y tus ojos cual simiente.
Yo,
nunca he podido decir más
o acaso el pecho explicar,
cuando esta letra que sangra
dilapida un silencioso "te amo"
y esboza una verdad mansa
en la que de noche mi pecho encallo.
Y nada más que lo ya dicho.
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