Eres
como el punto final
más certeramente satisfactorio
después del verso de un poeta
que sonríe mientras llora
entre su mundo contradictorio
y la belleza de un latido salvador
cuando entrelazas tus manos frías
con el pecho de las mías.
Y eso mismo,
para mí, nena,
es amor
y tú
lo eres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario