Por las llanuras de lo podrido
corre el rumor de una abrazo
y de un río en el que plateados peces
devoran lejanías plagadas
de plankton bajo el vientre.
Y es ahí mismo donde te pienso
cada noche que me da por escribirte
mientras traigo una canasta de picnic
y el corazón a todas luces vivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario