septiembre 22, 2013

Seis

"Cada poema del poeta
bien puede juzgarse
como tentativa de suicidio".

Gato Pardowski.

Tanto andarle apostado la boca a la vida,
tanto darle de pedradas por la mañana
al espejo, tanto de estas manos de nada,
tanto pecho y doctrina que hoy se derrumban,
tanto en la forma y las ganas en que me reflejo.

Me he cansado ya, como las aves
después de letales cielos y kilómetros
recorridos, sólo que yo no tengo
un parabrisas para estrellar mi cabeza
en este sendero tan oscuro y tan mío.

Tanta noche y tantos tragos a solas siempre,
o casi siempre, tanta tinta desperdiciada,
tanta papelería rebosando el cesto de basura,
tanta locura, tanta la espesura de la ausencia
bajo el vientre, tanta la humareda que nunca
me lleva consigo, tantas paredes encaladas.

Me he visto superado por los vicios,
los de diario, por las horas a la espera
que amanezca, por los fieles demonios
y las mansas quimeras, por los besos
que buscan que los años decrezcan

Tanta lluvia y tanta maleza entre los pies,
tanto daño sin querer, tanto bien sin poder
sujetarlo a una cometa, tanta pasión abdicada,
tanta cofradía en el silencio de los muertos,
tanto verso quedado en pupa, tanta canción,
tanto vacío en el lleno total de mis maletas.

Me he visto contemplando blancas calaveras,
merodeando los lugares donde la nada es dios
y el todo un diablo, que ha de reír mientras llora
por la ciudad en la que oscura corre la sangre
y esta necesidad de hallarme entre tus labios.

Tanto en tus ojos que sinceros me miran,
tanto en el abrazo que nada sabe del tiempo,
tanto en tu beso, tanto en el sutil hormigueo
con el que te cargo en la voz y en las entrañas,
tanto en el diámetro que el latido completo
me abarca cuando me poso en tus senos.

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