septiembre 14, 2013

Pudiera hacer con mis manos

Pudiera hacer con mis manos
una antología fiel de la noche y el frío
cuando emana de los propios avernos
y el corazón se tira de cabeza al río.

Pero adiestrado a la quietud
de la hondonada,
no pretendo siquiera nada.

Afuera corre la sangre y el rito
de levantar la voz cuando el todo
duerme sabiéndose vil y cobarde,
teniendo presente el cruento pasado
aún embadurnado de triste lodo
recubriendo el brillo del calzado.

Mi manifestación es la de quererte Mujer,
sin importar la noche o el frío, la sangre,
la muerte flotando en la corriente del río,
el lenguaje y su vana parodia, el hambre,
los dolores que cuando vivo he de ejercer.

Y yo que pudiera hacer con mis manos
un tratado donde la paz venciera a la guerra,
pretendo de tu vientre la fertilidad de tu tierra
en la que floreces, a la sombra de un manzano.

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