enero 03, 2016

Un salve

El mundo que siquiera me sabe
dice que estoy tirando mi vida a la basura
yo también algunas veces lo creo
cuando escribo noche a noche, solitario
mientras aullan afuera los perros
y la gente del mundo apenas duerme
tratando de hacer callar mis manos
en las que me nació maldito el pecho
para versar albores y el rugir de los coches
que pasan siempre de largo cuando yo
a media calle espero fielmente la muerte.

¿Qué putas sabe de mí un mundo
que al verme a diario sonriendo
intuye patéticamente que soy feliz
cuando por costumbre el moribundo
aceita su sonrisa al estar muriendo?

Ayer una avecilla llegó a mi ventana
a esbozarme su extraño cantar
y yo le hable larga y tendidamente
sobre la voz de la ola del mar
y sin entenderme siquiera en su libertad
voló enseguida buscando su belleza
entre los rojos ambarinos del alba
cuando predica el ser ante la muerte.

El mundo que apenas me sabe
reza estúpidamente por mi un salve.

No hay comentarios: