enero 03, 2016

Caliope

Gran parte de la culpa
de este monstruo
en el que me he convertido
y ahora sin remedio soy
es francamente de Usted
y de sus labios
por que ellos mismos
me declararon
poeta cuando no soy más
que un poetastro intentando
hacer tierra donde estoy.

Ya nada se de Usted
desde hace tiempo
su voz es una incógnita
entre el nácar de la caracola
su imagen se ha ido desvaneciendo
y sin embargo
en mi pecho una ola
le recuerda muy a menudo
con un suspiro y un te quiero.

Ojalá su vida
tan unida a la belleza
siga siendo la pradera
que me alojó
cuando despuntaba apenas
cual soñador
queriendo anidar
en sus ojos con certeza.

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