No creas que no
algunas noches
pienso en aquel mítico dios
cuando escarbo en la basura
que trae hasta mí el derroche
de esta relación pasional con la bebida
y con el fruto de la mala vida.
Han cerrado ya el bar de putas
de dos calles abajo
justo cuando dios y el diablo
se matan a golpes con sus disputas.
Y afuera hace demasiado frío
y las chicas que conmigo soñaban
ahora están en sus camas adormecidas
cuando pienso en el mítico dios
en el que el mundo de los vivos cree
y yo tan sólo creo en la terrible vida.
Algunas noches pienso en dios
de cabrón a cabrón
y me reduzco a cenizas
al vaivén del soplo del viento
y de esta ebriedad envilecida
por traer el alma entera hecha trizas.
Toc toc - dios, estás ahí
necesitó charlar
cuando nunca estás para mí.
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