Me abruma un poco
saber que la gente
precisa la belleza
empaquetada y fría
en los pasillos grises
de cualquier supermercado
en las portadas de revistas
o en la idiotizante televisión
y entonces así todo es triste.
La belleza no es más
que una mansa quimera
pastando sobre los campos
de nuestras malas maneras.
También saber esto me abruma
a pesar de saberme un loco.
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