Apenas he terminado un cuento
que desde hace más de un mes
había venido noche a noche trabajando
un cuento que en realidad no lo es
por que en él nada hay de ficticio
y mucha de esta realidad de contrabando.
Aún le hace falta la tijera de la edición
revisar la sintaxis y la ortografía
que sea claro y contenga un rayo de sol.
Lo he leído ya y estoy contento
es crudo, real y del todo franco
con todo esto que ahora siento
tan triste y tan de copas de ron blanco.
Lo he terminado por fin, amor
y en él va mi sangre y la esperma
que no pude hacer resbalar en tus caderas
entre tus pechos que me encantaban
pegados al temblor de mi corazón
que te amo ahogado en su salmuera.
1 comentario:
Me tiene intrigada ese cuento que no es tanto un cuento sino una realidad. Entre salmuera y otras lindezas tu blog se antoja acogedor. Con tu permiso (y sin él, seamos francos) te leo.
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