Incluso los espejos mienten
los párrocos también lo hacen
el viento que ferozmente sopla
los dioses que veneras de noche
las letras que escribes entre muertes
plagadas de borrones y taches
naufragados entre tu propia sombra.
La vida es una gran mentira
que tan sólo hay que detenerse a mirar
mientras el mundo cree y tú lo miras
y escribes cuando precisas eyacular.
No hay comentarios:
Publicar un comentario