diciembre 08, 2014

Te ofrezco

¿Que qué putas te ofrezco?
nada,
mi nada que es tan basta
y sin embargo, siempre es tan mía
entre ríos y caudales
que corren por mis manos
y buscan el silencio cuando gritan.

Te ofrezco mis muertos boca arriba
el cancer que se gesta en mis pulmones
mi voz desangelada por la noche
mi terrible colección de botellas vacías
y la experiencia de haber sobrevivido
a millones y millones de tragos
-la mayoría siempre a solas-
y mi certeza de saberse perdido.

Te ofrezco gratitud incondicional
mi lengua de gato
causando alborotos
entre tus labios
con luces de bengala al despertar
un par de te quieros en la despensa
y toda aquello que como mal alumno
hube de aprender de mis sabios.

Te ofrezco esta luna, que sin serlo
es también mía por que me sabe los pasos
y tanta carencia por el tiempo adquirida.

Te ofrezco mi manera derecha
incluídos en índice y el pulgar
la mejor conservada de mis costillas
mi caja de semiabierta de pandora
mi mirada perdida entre las luces de neón
de aquellos bares recubiertos de pasado.

Te ofrezco llevarte a Disneylandia
un día de lluvia sin salir de mi cama
y en soledad, cuando te vayas, llorar por ti.

Te ofrezco esta rosa patanería
y tal vez dos mil motivos infantiles
para causarte una sonrisa
un barco de papel sin cera
un poco de tiza y tanta tinta negra
un dios y algunos célebres pecados
poemas de ti a quemarropa
incienso humeante el la alcoba
y un boleto de autobús a ninguna parte.

¿Que qué putas te ofrezco?
todo,
todo aquello
de lo que radiantemente carezco
y la chispa que algunas veces me ilumina
cuando me sé naufragado y sólo
ofuscado por la luz de las bombillas.

Te ofrezco un suspirar de pétalos de flores
que sólo expirarán cuando cansados,
hallemos un descanso en el vértigo
del columpio de los nuevos amores.

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