diciembre 16, 2014

De mi beliz

Ando extrañando todo aquello
barbizado con una mota de polvo de pasado,
todo aquello que fue y sigue siendo en mis días
tan anochecidos y bellos, aquello que respira
en las cloacas que resguardan de ajenas manos
lo podrido entre la quina en la boca y la ambrosía.

Me han removido estas sombras de media noche
el pecho y en él, un tónico  contra la ausencia
no logra curar la llaga sangrante de un te amo
que viene a quemar su leña en mi presencia
con la consigna de tus pies, bogando por playas
en las que el despues sea un castillo de arena
y no la singularidad de los espesos derroches.

Cada vez que muero es por ti
y no por el peso incomprensible de mi beliz.

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