diciembre 22, 2014

Mientras ríes

Sabes, esperaba verte sin hacerlo
y en las cumbres de mis volcanes nevados,
no es más que el sol de la tarde quien me adolece
entre tus manos frías entre las mías, entre el beso
que  después de tanto tiempo nos come cual gusano
en la manzana del sinsabor que nos acontece.

Tanto me han dicho tus ojos de ti, al mirarlos
tristes y sin embargo encantadores de un poeta
que te muestra su cara más febril, ante la cara
que le besa las costillas de noche por tu ausencia.

Yo, por tanto tiempo perseguidor de la belleza
enaltecida en una copa a solas, tuve que partir
sin maletas ni mayor equipaje que la vela
de una barca con rumbo a penosas caracolas;
yo, que por tanto tiempo empredí la búsqueda
de aquel dios con el rostro de terribles estragos
y di de frente, con aquella gracia suprema
de todos los diablos que se pierden, distantes,
si te dejo habitarme de noche la mente
para callar el negro y encender un silencio
volcado en la certeza de este pecho en azul.

Sabes, tanto me han dicho tus ojos de ti
y mientras ríes tan sólo sé que eres tu.

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