diciembre 18, 2014

En el recuerdo

Te debo tanto Janeth
lo sabes, lo sabemos, lo sé
mientras soy un brillante bocado
para las fauces del Leviatán
que me devora el pecho
empezando por los pies,
después de tanto anidar en este océano
de versos gangrenados
en los que pierde su nombre la mar.

Conservo en salmuera tres estrellas
y un sueño al que renuncié por ser tan grande
que me desbordaba a menudo el pecho,
tu tierna carcajada ante mi marcada idiotez
y bajo llave el bienestar de tu abrazo
cuando el gris me ensimismó cruel y deshecho.

Hoy, que lejanamente te miro y siento
en el pecho tibia una sonrisa sin licores,
de pronto se me aleja esa bestia de mar
y en el recuerdo, recuerdo quien soy
y vuelvo a habitar mis castillos de humo
y blanca arena, en los que tantas noches
rucubrí mis demonios del brillo en tus labios
y de tu piel morena revestida de febril seda.

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