diciembre 05, 2014

Me falta una mujer

Me falta una mujer y no eres tú
sino erradicar poco a poco la ausencia
desprenderme un poquito del trago
de la letra, de mi inseparable tabaco
de las avenidas que arroyan lo mismo
perros que despistados peatones
enamorados del tul y de las ambrosías
clandestinas, que provocan ir en el amor pensando
como lo hago yo en ti cuando me falta mujer
y entonces me da por escribir gilipolleces
mientras bebo y observo que mi orina
es cada vez mas tenue y menos amarilla
a medida que voy dando felices tumbos
y se me sueltan la lengua y las manos
para dar lleno entre fecales heces.

Me falta una mujer y no eres tú, ni tus entrañas
por mi boca consagradas, ni es tu sexo bravío
el fantasma que nocturno ronda mi habitación
cada vez que te pienso prendida a mi cuello
ni son tus piernas más que la botella de ron
que me dicta estos miserables versos sombríos
pensando ya en el mañana y en la corbata
roja que luce triste sin mi garganta en su nudo.

Me falta una mujer y no eres tú y aunque lo fueras
jamás tus golondrinas sabrían del nido
que de malvos poemas he hecho para ellas
ni de la cortina de humo de esta gris poesía
en la que me faltas como mujer para estas manos
entretenidas  con los irremediables ovillos
de la ausencia que me irradia de ambrosías
puestas en un futuro sin ti y malsano de la boca
y huerfano del corazón y del esbozo de alma
de terrible poeta, al que le faltas de noche tú
y le falta, cual mano diestra una mujer distinta
a ti  y que que se pinte los ojos de sepia y no de azul
por aquello de mi tinta siempre negra.

Me falta una mujer y no eres tú
sino tu hermana, tu prima, tu mejor amiga
o quizás si seas tú, cuando te pienso
en otros brazos, tan ajena y tan mía.

No hay comentarios: