diciembre 14, 2014

Incomprensible

Nunca entendí la lengua de la flor
que bajo el agua emana, ni el idioma
de los panes y los peces por no saber
a modo, las tablas de multiplicar;
no pude nunca comprender tampoco,
a ciencia cierta el palpitar de un corazón
podrido y exhibido entre letras malvas
al fondo de un frasco de alcohol.

Nunca acerté dos tiros jugando a las damas
y si era el ajedrez, mi rey infame abdicaba.

Nunca llegué a Roma preguntando
con la voz rota y el alma en harapos
ni Nerón jamás me recibió en sus aposentos,
nunca la Grecia antigua su perfil descansó
en la fallida Iliada sujeta a mis brazos
tan llena siempre de personajes perversos.

Nunca emprendí aquel vulgar sueño
americano, ni creí en el albor de los designios
de oro y jade de mis preciados antepasados;
nunca mi fe despertó embriagada en la fe
que anuncia con campanas la misa de gallo,
nunca tuve esperanza en el mítico después.

Y entonces aquí me tienes, escribiendo
versos la borracho y a lo puramente macho
por que más no sé hacer, cuando mi beso
tu boca febril acepta y después, me descalabra
con un puntiagudo y desangelado ¿por qué?.

Si supiera contestar la vaguedad de los "por qués"
nunca como hoy te hubiera besado.

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