Me sabes bien y si no es así
al menos sé que me intuyes
siendo un hombre con alma de gato
o viceversa y sin embargo no huyes.
Yo se de ti el temblor de tu pecho
la miel siempre insumisa de tus labios
y el temor de hallar el sueño perfecto
queriendo ser despertado por los diablos.
Sé de sobra que me sientes
que tomas este camino de mi mano
y que ambos hemos tenido suerte.
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