mayo 14, 2016

Miro por la ventana

Miro por la ventana
la calle es un cementerio
y bebo entonces sin ganas
mis ojos se entretienen
con la espiral de un sueño
que sigue dando tumbos
lacerados de pasión y de muerte
entre el nocivo claroscuro del humo.

Hay demasiado polvo en la gaveta
en la que guardo de noche mi alma
recién doblada, después de la jornada
en la que no me pude volar la cabeza
por tener aún una pizca de entereza.

Miro por la ventana y el vecino borracho
muestra la obesidad de su vientre
y sonríe ante todo con cierta calma.

Mi habitación rojiza aloja serpientes
que no se dejan domar por el vaivén
enardecido que me procura la bebida.

Miro por la ventana y aún el mundo
me presenta tantos puntos suspensivos
sin tener a mano un borrador
con el que pueda poner punto final
a tanto mal que cargo conmigo.

Miro por la ventana
y en ella
busco la calma.

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