mayo 11, 2016

Desde mi banco de siempre

Estoy sentando en mi banco de siempre
ya es muy de noche y una tenue calma
cubre los párpados de los que duermen
entonces me empeño en tejer una verdad
que va más allá del peso del alma
o de una mentira gris en pos de vivir
y de camuflar con azúcar la sal.

Aquello de tener las tripas latentes
recién entrada la media noche
y las ganas de plasmar una certeza
que no vale un céntimo pero libera
es sólo una razón de malvo derroche
para todo aquel que la locura siente.

Prácticamente el todo está jodido
desde el momento en el que la vida
nos muestra fieramente los dientes
y alguien amanece sabiéndose perdido
y recurre a las putas, al polvo o a la bebida
para darse tibio valor frente a la muerte.

Yo cada vez escribo menos
y sin embargo soy cada vez
más cruel y más huraño
mientras bebo pausadamente
para desprenderme de dios
y de mi amistad con en el diablo.

Y estoy jodido por todo ello
mi banco de siempre bien lo sabe
como sabe de mi pecho desteñido
pero aún en tibios y ciertos azules
queriendo follarse los malos albores
llegados por la mañana en amarillo.

Estoy sentado en mi banco de siempre
desde está pequeñísima cocina
que no sabe de alimentos sino de bebidas
y del beso en solitario de la muerte.

Ya todo el mundo duerme
y yo sólo pienso
en echar mis anclas bajo tu vientre.

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