noviembre 07, 2013

Por tus labios y por la mar

Por la mortandad que me hace presa,
por los estigmas en la frente y por las manos,
por la sangre a cuentagotas, por la rima,
por los codos en la mesa, por la fatalidad
de la ausencia que a diario y sin más me cargo,
por la derrota, por la humareda en la mente,
por esta pasión adscrita al "sin embargo".

Por dios, por el demonio que es mi hermano,
por la búsqueda sin sabuesos, por tanta noche
que al filo de la mañana encuentra mis ojos rojos,
por la patria hallada en el derroche, por un verso,
por los callejones en los que no encuentro cerrojo,
por la espalda erizada ante un rocío gris y arcano
que mantiene mi letra entre albores tersos.

Por esta mansa dependencia del acuse de recibo,
por mis espesas ganas, por la burda contrariedad
de no tenerte de una vez por todas en mi cama,
por la fatalidad de no tenerte cuando escribo.

Ha de quedarme intacta una sonrisa a media luz
cargada de sarcasmo, la ebriedad si me embauco
entre el atril de la cruz y una parvada de fieros orgasmos
en lo imposible de tus adentros, en la miel de tu claustro
y nada más, en la que brindo por tus labios y por la mar.

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