La gente que me ha creído un cabrón
no sabe la clase de idiota que soy
y por ello duermo plácidamente tranquilo
sabiendo que he sido siempre yo mismo.
Después del sabor de tus labios
en esta boca resacosa y reseca
el pan se multiplica y los peces
aguardarán el milagro en una pecera.
Tú me sabes y mis labios contigo
esperan un mejor sol o una luna diestra
en la que pueda estar del todo contigo.
Pero ahora duermes
y yo sólo espero que despiertes
sonriendo de llevó al alba
y que me beses siempre con calma.
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