marzo 07, 2016

Lunes ya y es de noche

Lunes ya
y es de noche
tengo un hambre de perro callejero
y a cambio de decentemente cenar
fumo mientras estoy bebiendo
y escucho la marcha lenta de los coches
y el gemido de la puta que no sabe amar.

Tengo un remolino de pétalos de rosa
y un amarillo pensar
bien acurrucado
entre la vida y el alba llegada en carmín
como un soplido
azotando mi tímida ventana
y tengo una mano
que late en la certeza
tengo este corazón
embriagádamente vil.

Hace un par de horas
escribí un poema
que ahora mismo se halla en la basura
por contradecirme en el pensamiento
hoy saludé a cortésmente a mis vecinos
y apagué la luz de la escalera desierta
en la que brillan mis propios sueños.

Es lunes ya
y es franca la noche
en que los cuervos de mí
poco a poco se alejan
extendiendo sus negras alas
ellos me saben un errado
y un voraz loco
un escritor con mediocres posibilidades
en este mundo de innumerables balas.

Y entonces
me llega del norte el frío
y la ausencia
y la falta de un par de caderas
en las que tranquilamente
y embriagado
en noches como ésta
mi pecho repose
sobre un par de pechos
que suavicen mi verso
desde este pequeño infierno
en el que el mundo jamás nota
mi mala testa.

Soy el nácar más profundo
sacado de un luna enajenada
reflejada en la sal de la mar
el ideal podrido de un mundo
que nada sabe de fieras caladas
a un cigarrillo que muere al amar.

Es lunes ya y estoy cansado
y sólo quiero dormir
después de una ronda de copas
con el sabor de tus labios.

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