marzo 13, 2016

Panero dijo

En la radio una canción de rockanroll
de los sesentas afila una cuchilla
mientras escucho llenarse la copa
que por cierto es la tercera de la noche
y estoy pensando en un sólo de guitarra
blasfemando por sí solo la vida misma
y me encuentro a mí mismo gris y huraño
con mi guitarra sosteniendo mis ropas.

Los viejos me entienden a medias
pero inevitablemente comprenden
la cuestión de vivir ajeno y a destiempo
mis contemporáneos no sienten la muerte
recorrerles aún tibiamente el cuerpo
ni la sombra de vivir siempre en guerra.

Y yo ya estando en el cuarto trago
quisiera fumarme la vida entera
bebiendo ron para exiliar la mentira
que dice su verdad cuando no miento
y la que miente cuando soy más certero
al escuchar el grito de las brujas en la pira.

Sigue sonando la radio y una guitarra
melancólica de una sola pastilla
con distorsión no logra distorsionar
el alma de este poeta vil de pacotilla.

Preparo ya el quinto trago y el talante
de un cabrón siempre igual y tan distinto
se frota las manos de su obtuso corazón
en las paredes que contienen más que carne
un medio ante las tiempos de sobrevivir
cuando piensa en lunas enamoradas
al despertarse teniendo en la frente al sol.

Quizás nunca pueda ser alguien de verdad
ni hombre ni poeta por los parámetros
que me han dejado mis propios sabios
y esta senda que acontece la voz
de la caracola insumisa del mar
me haga temblar el verso en los labios.

Y entonces mi guitarra llamada Juliette
busca regocijo en el más triste acorde
de una canción de rock de los sesentas
mientras su cintura me fulmina con un:
"querido Gato, tú no me mientas jamás"
y la toco despacio embriagado de ausencia
y de la gloria que me falta a estas horas
en esta etapa de mi vida tan certera
y tan vivida como las nítidas deshoras
en las que no me miente tu febril belleza.

Panero dijo: "Por eso la mentira es verdad
y es verdad que yo nunca miento"
y yo sin ser Panero tengo boca de mar.

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