Ya debo dormir
del mismo modo que lo haces tú
y acurrucarme abrazando la almohada
recién desnudo de manos que escriben
y del pecho que aún me sobrevive
esperando un agónico azul
y tus brazos trayéndome su calma
en ese abrazo que me impida morir.
Hay mil raíces creciendo en tu beso
y los contrarresto con mi abrazo certero.
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