marzo 10, 2016

Mis manos no mienten

Las manos no mienten
cuando son de un poeta de arrabales
que saben de la vida y la muerte.

Ese mismo podría ser mi epitafio
o mi tarjeta más certera de presentación
sin temor de caer en algún fallo.

Hay quien nace con el latir en ellas
con el pecho amordazado por dedos
escribientes del  polvo de una estrella.

Las manos no mienten, corazón
y menos las mías siendo poeta de los malos
cuando ocupas mi mente y mi razón.

Ese mismo podría ser mi motivo
para abrazarte por el talle de tu alma
y hacer de tu abrazo un tibio destino.

Hay quien pretende tu boca en su beso
siendo tipos cualquiera que nada saben
de hacerla sonreír entre malos versos.

Mis manos no mienten nunca
pregúntale a tu cintura por ello
y mucho menos frente a una musa.

No hay comentarios: